Donde la generosidad es culto, el barro es memoria y las palmeras son la sombra de los antepasados.
En el suroeste del Reino, donde las dunas se encuentran con las palmeras y el rabab (un tipo de instrumento de cuerda) canta melodías ecuestres, se encuentra la región de Najran, una tierra de autenticidad, generosidad y palacios de adobe que resisten el paso del tiempo.
Najran es uno de los asentamientos humanos más antiguos de la Península Arábiga, ya que contiene monumentos e inscripciones que datan de miles de años y combina en su presente una mezcla de herencia sureña y modernidad urbana.
Sus principales ciudades son: Najran – Sharurah – Habuna – Badr Al Janoub – Yadmah – Thar – Khubash.
Najran está situada al suroeste del Reino y limita al norte y al noreste con la Provincia Oriental, al norte con la Provincia de Riad, al oeste con la Provincia de Asir y al sur con la frontera entre Arabia Saudita y Yemen.
Su ubicación geográfica la convierte en la puerta de entrada a la Península Arábiga desde el sur y en un punto de encuentro de caravanas históricas.
Najran es conocida como la ciudad del barro, las palmeras y el rabab (un tipo de instrumento de cuerda), donde los palacios de barro aún adornan barrios antiguos como el barrio de Aba Al-Saud y el pueblo de Al-Ukhdood, que se remonta a las civilizaciones sabea e himyarita.
Al anochecer, el sonido del rabab resuena entre los reunidos, contando historias de heroísmo, orgullo y generosidad. Se encienden las cafeteras y se sirve café al son de la poesía.
Costumbres y tradiciones
Todo el sacrificio, símbolo de generosidad, se ofrece al invitado sin vacilación y a menudo se cocina en un asador subterráneo.
Danza Zamil: Danza masculina llena de energía, interpretada por hombres en filas muy juntas, portando palos y usando turbantes como símbolo de prestigio y dignidad.
El rabab acompaña acontecimientos nacionales y sociales con un sonido que expresa orgullo y pertenencia.